martes, 18 de enero de 2011

YA NADA ES LO QUE ERA

Entre tus caderas y tu interminable espalda,
dibujé con exceso de calma y cierta dosis de miedo,
una espiral de ilusiones mezclada con tantos besos,
que en tu cuello florecieron cientos, miles de versos.

Deseos, y hasta postales, anhelos y algo no cierto,
formaban parte de un todo,
crecían en nuestros cuerpos,
pero algo inesperado desvaneció los excesos.

Y tu ausencia, mis recesos, la incertidumbre y lo cierto,
resumieron pese a todo,
que tu cuerpo y tus silencios
eran el fruto podrido de mil millones de sueños.

Y es por eso que esa noche,
tras llorar mi desconsuelo,
regalé mis pesadillas,
a mi amor más verdadero.

Mas fue brillante aquel beso,
y las risas y los cuerpos
que desnudos regalaron
pasiones y desenfrenos.




***
Ismael Serrano – Ya nada es lo que era

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