Podría ser cremallera
de fácil cesión,
que amparada por la noche,
cediera a la verborrea hecha broche
y ante palabras líquidas se abriera.
¡Podría creer que tal unión no existe,
y que tan sólo la pasión embiste,
en las fugaces auroras domingueras!
Incluso podría dejar de ser fiera
frente a las masas de juventud informe,
obsesas por ser a las reglas sociales conformes,
desechando anhelos que jamás se supieran.
Mas cual sirvienta de sueños me retiro a mi estancia
de notas, abrazos, candentes caricias,
donde sin vanidad y con mimo construida
en la complicidad he sido instruida,
y donde el romance cierto ha dejado constancia.
***
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